Ir al fisioterapeuta es necesario para poder recuperar la movilidad en las zonas afectadas. Pero los tratamientos en ocasiones generan un molesto dolor que cohíbe a muchos pacientes a volver a las siguientes sesiones.

Pero a día de hoy existe una alternativa para poder someterse a los tratamientos de fisioterapia necesarios sin que el dolor sea un problema. Y es que el empleo de anestesia en este sector ha revolucionado la manera tanto de lo que experimentan los pacientes en las sesiones como en la manera de trabajar de los fisioterapeutas profesionales.

¿Qué causa el dolor en fisioterapia?

La fisioterapia es una disciplina terapéutica ampliamente reconocida por su capacidad para tratar una variedad de condiciones musculoesqueléticas. Sin embargo, uno de los aspectos menos comprendidos por los pacientes es el dolor que ocasionalmente puede experimentarse durante o después de una sesión de fisioterapia. Comprender las causas de este dolor es crucial para gestionarlo eficazmente y maximizar los beneficios del tratamiento.

El dolor durante la fisioterapia puede atribuirse a varios factores:

  • Reacciones fisiológicas al tratamiento. Durante ciertas técnicas de fisioterapia, como el masaje profundo, la movilización articular intensiva o el estiramiento vigoroso, es común experimentar molestias temporales. Esto se debe a la manipulación directa de tejidos blandos o articulaciones, que pueden provocar una respuesta de dolor agudo y transitorio.
  • Inflamación como respuesta de los tejidos. En condiciones musculares o articulares inflamatorias, el aumento de la circulación sanguínea y la movilización de tejidos pueden desencadenar una sensación de dolor. Este tipo de dolor tiende a ser localizado y a menudo está asociado con la liberación de sustancias químicas inflamatorias en el área tratada.
  • Sobreestimulación de los receptores nerviosos. Algunas técnicas de fisioterapia pueden estimular los receptores nerviosos en la piel, músculos o articulaciones, desencadenando respuestas de dolor debido a la sobreexcitación temporal de los nervios periféricos.
  • Ajuste postural y biomecánico. Durante el tratamiento, especialmente en la corrección de la postura o la mejora de la biomecánica, los músculos y articulaciones pueden adaptarse a nuevas posiciones y cargas, lo que inicialmente puede percibirse como doloroso hasta que el cuerpo se ajuste.
Leer también  Los principales códigos de error de lavadoras Bosch (y soluciones)

Es importante destacar que el dolor experimentado durante la fisioterapia no debe ser ignorado ni subestimado. Los fisioterapeutas están capacitados para distinguir entre un dolor esperado y benigno debido al tratamiento y un dolor que puede indicar una reacción adversa o un problema subyacente que necesita atención adicional.

¿Es recomendable ir a fisioterapia si duele después de una sesión?

La pregunta de si es aconsejable continuar con la fisioterapia si se experimenta dolor después de una sesión es frecuente entre los pacientes. La respuesta depende en gran medida de la naturaleza y la intensidad del dolor experimentado:

  • Dolor de leve a moderado. Es común experimentar algún grado de dolor muscular o articular después de una sesión de fisioterapia, especialmente si se ha realizado un tratamiento intensivo o nuevo. Este tipo de dolor suele ser transitorio y puede considerarse parte del proceso de curación, siempre y cuando no sea incapacitante y se alivie con descanso y métodos de gestión del dolor recomendados por el fisioterapeuta (como aplicación de hielo, reposo relativo o ejercicios suaves).
  • Dolor intenso o persistente. Si el dolor experimentado es severo, persistente o va en aumento después de la fisioterapia, es crucial informar inmediatamente al fisioterapeuta. Esto podría indicar que el tratamiento ha sido demasiado agresivo, ha exacerbado una condición subyacente o ha provocado una lesión inadvertida. En tales casos, suspender temporalmente las sesiones de fisioterapia y buscar evaluación médica adicional puede ser necesario para evitar complicaciones.
  • Evaluación continua. Los fisioterapeutas están entrenados para evaluar la respuesta del paciente al tratamiento y ajustar los enfoques terapéuticos según sea necesario. Comunicar cualquier incomodidad o dolor durante o después de las sesiones es fundamental para recibir el tratamiento más efectivo y seguro.
Leer también  No Bootable Device found: 5 formas de solucionar este error

Con todo, la fisioterapia es una herramienta invaluable para la rehabilitación y el tratamiento de diversas condiciones físicas y, por tanto, sí: es recomendable volver, dado que el dolor en fisioterapia va asociado a la identificación de los daños en músculos y tejidos que necesitan ser aliviados.

Si bien el dolor ocasional durante o después de una sesión puede ser normal y manejable, es esencial que los pacientes sean conscientes de su umbral del dolor. Por eso es importante mantener una comunicación abierta con el fisioterapeuta y tener una comprensión clara de las expectativas del tratamiento.

¿Cómo evitar el dolor en las sesiones de fisioterapia?

El dolor en fisioterapia es cosa del pasado gracias a Sedalux, que ha conseguido democratizar los beneficios de la anestesia en el ámbito ambulatorio extrahospitalario, incluyendo en el ámbito de la fisioterapia.

Gracias a su papel como proveedores de servicios anestésicos extrahospitalarios, Sedalux es una alternativa de confianza a la que recurrir para poner por fin punto y final al dolor que se puede experimentar durante las sesiones en el fisioterapeuta. Esto permite que los tratamientos puedan ser aplicados con la máxima eficacia y con menos interrupciones.

El uso de anestesia en las sesiones de fisioterapia mejora tanto las expectativas del fisioterapeuta, que puede trabajar de manera más fluida, como las sensaciones del paciente, favoreciendo su relajación al ser consciente de que no va a sentir dolor durante la sesión.

Eso también tiene un efecto positivo al suprimir el miedo al dolor, combatiendo la tensión que inconscientemente se traslada a los músculos, y favoreciendo un mayor bienestar. Eliminar el miedo al dolor contribuye a un mejor estado de ánimo, una mayor relajación y una mejor predisposición a ir a las siguientes sesiones. Y todo, mientras el fisioterapeuta lleva a cabo cada tratamiento sin interrupciones ni demoras.